Que se entreteje en mis pupilas
como la red de una tela de araña.
Me recuerda entre abrazos y mimos
que el permanecer entre el sueño y el vilo
da sentido a todo lo vivido
cuando me dice sin prisas al oído
sin mas testigo que nuestras sábanas
simplemente susurrando con ternura:
“me encantas”.
Y sin quererlo, sonrío.
Y mis emociones se ponen a bailar
con el resto de mis sentidos.
¿Dónde se había escondido?
la punzada helada que recorre
en sentido ascendente
como un relámpago desde tus pies
hasta el centro mi frente
Y caducan las horas
pero apenas importa,
mientras el tiempo deje huella
entre los pliegues de tu ropa.