Arremete desde mi corazón descorchado
un latido furioso, que se transforma
afilado como la luna de Oriente,
en un temblor entre mis labios.
Un recuerdo que trasnocha conmigo
azota mi alma a la deriva,
fría como el hielo en mi ginebra
aspera y ardiente como la carne viva
Te ato a mi mente con un lazo
e intento caminar recto,
sonriendo porque nuestro futuro
se escribe sobre un preterito imperfecto.
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