domingo, 8 de junio de 2014

El Café Van Gogh

En el Van Gogh hay una luz que nunca desaparece.
Es rosa, aterciopilada
y se confunde entre el aroma de la gente. 

En el Van Gogh beben los borrachos disfrazados
de hombres acicalados,
y se camuflan entre la simpatía del ambiente.

En el Van Gogh el tiempo es atemporal,
y la bruma del café envuelve,
Las horas perdidas viajando de turista en nuestra mente

En el Van Gogh te vi perdida buscando mis pasos,
mientras escrutabas con tus ojos verdes las aceras
sin saber que te miraba absorto al otro lado de la cristalera

En el Van Gogh me recontré de bruces con tu recuerdo
mientras dudaba entre cervezas si robarte
nuestro segundo primer beso.

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